Bienvenidos a Atenco

Finalmente se armó la pelotera. El pretexto sólo fue el desalojo de ocho insignificantes vendedores de flores que apenas hace unos días ofrecían ilusiones, suspiros, promesas y muestras de afecto y amor a sus clientes, y hoy cambian las rosas y las gladiolas, por el machete y la botella de Corona con gasolina. Esto es San Salvador Atenco, a menos de 60 kilómetros de la Ciudad de México. Ya no importa quién comenzó la broma; ahora la pregunta es quién pagará los platos rotos.

Hace dos semanas, la policía de Michoacán se lanzó con todo para reabrir una acerera, cuyos ingenuos trabajadores hicieron de todo por defender a un desgraciado escoria humana que se dice ser su líder sindical. Hoy, gente que ni la debe ni la teme se vio atrapada entre los policías y los macheteros. Gente brutal, trogloditas con uniforme que a la hora de los catorrazos se abren y dejan a sus compañeros rezagados a la furia de la turba (seguramente jamás vieron "black Hawk Down"); y revoltosos que no encuentran otro camino que la delincuencia y el crimen para luchar por dizque causas populares.

¿Y donde estaban los encargados de intervenir, guardar el orden y resolver en paz el conflictoo? Mi padre, echando tamales con albañiles del aeropuerto. Enrique Peña, sólo se limitó a echarle la culpa a otros. Pero el más maricón fue el encapuchado Guillén, porque la hija de Ignacio del Valle fue hasta donde el "Delegado Zero" estaba para pedirle ayuda. El rebelde prometió cerrar los Caracoles y decretar la alerta en la comandancia, pero para mí que se fue a pasar la noche con esta lady.

Pero no se dejen engañar, amigos y amigas, por quienes dicen que AMLO está detrás de la pelotera en Atenco, y cómo si él es uno de los primeros perjudicados. Con todo respeto, están bien pendejos quienes dicen que el Peje pretende imponer la ingobernabilidad para agandallarse la presidencia. Porque si así fuera, la neta es que mejor deberíamos unirnos a un movimiento de resistencia armada para luchar hasta con la vida para que esto suceda. Todos tiene la culpa. Los de Atenco por utilizar el crimen, el Edomex y el gobierno federal por represores; Fox, Peña y Gullén por agachones.