¿Una estrella más?
Lo imposible, surrealista e inaudito finalmente ocurrió: el tipo que dice llamarse “Subcomandante Marcos”, el de la otra campaña, el de los zapatistas, el que dice luchar por los de abajo, el maestro gurú de los medios, Sebastián Guillén y Televisa, ambos compartiendo un mismo espacio. Lo peor de todo, dio una entrevista al dizque comunicador con la visión “joven, fresca e incisiva”. Todo en nombre del rating, el de televisa, que ve cómo sus noticieros se van a pique, y del “Zero” Delegado, tan urgido de reflectores, aunque sean los del enemigo a vencer.
Una entrevista larga, prolongada casi de manera intencional, como para que todo mundo tuviera oportunidad de verla; para que si José Luis Borgues la veía temprano, despertara a su papi Fox y a la madrastra Martita. Asimismo, demasiado a modo para el Sr. Guillén: ¿estás detrás de los de Atenco? No. ¿Promueves no votar o quieres boicotear las elecciones? No. ¿Negociarás con el próximo gobierno? No ¿quién ganará las elecciones? AMLO
Nuevamente, el Sr. Guillén demostró que lo último que le interesa es el bienestar de los de abajo. No pudo justificar su papel en el conflicto de Atenco; fue incapaz de presentar su “otra campaña” de manera lo suficientemente elocuente para que pudiera convencer a quienes como él, coincidimos en que ninguno de los candidatos presidenciales es lo que conviene para México. Es más, utilizó discursos baratos y fusiles de las denuncias de violaciones a mujeres y de presos políticos moribundos, para amenazar con más movilizaciones. Incluso, “Marcos” resultó ser un huevón, porque a pregunta expresa de que si nuevamente contempla el cmaino de las armas, sólo aventó rollos sin decir sí o no.
Con su aparición en Televisa, el Insurgente “Estrella” Marcos, dio a entender que sueña y se desvive por aparecer con Adal, por aventarse un profundo debate con el Compayito, por aventarse un palomazo en cantando por un sueño, y si es posible, bailar una pieza d epasito Duranguense con Leti la fea más bella, o de perdis, sumarse a la eventual campaña de Changoleón, el que podría ser el candidato presidencial con mayor credibilidad.
Mi conclusión: el señor Rafael Sebastián Guillén, en lugar de buscar puntos en sus encuestas, mejor debería trabajar DE VERDAD, en defender las causas justas (aun si de veras cree que los macheteros pelean por la justicia). Debería hacer algo para que la policía aclare el caso de las mujeres violadas, y de los activistas lisiados de por vida, y no alardear de tener las piernas más bellas de Montes Azules. También debería exigir justicia para el policía golpeado salvajemente, porque con uniforme, pero también tiene familia, mujer e hijos, igual que los habitantes de Atenco. Por lo menos debería recapacitar en su decisión de no ir a Monterrey, y exigir justicia para Erika Peña y Diego Santoy
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