¿El principio del fin?

El Comandante Insurgente (éste sí de verdad) Fidel Castro Ruz nos ha dado una de las más grandes sorpresas que nos tenía reservada: la posibilidad de que finalmente abandone el poder. De repente un día amaneció vomitando sangre, luego de una intensa agenda por Argentina y los festejos nacionales del 26 de julio. El caso es que necesita ser operado y esto, a casi un mes de cumplir 80 años. Mientras tanto, su carnal Raúl se encargará de ese changarro llamado Cuba, ante la expectación de partidarios y detractores que no esperaban la noticia.

Bueno, todo lo anterior es lo que nos dicen desde la isla los medios oficiales y la gente de confianza de don Fidel. La verdad neta, sólo ellos lo saben, porque podríamos creer la versión oficial, la de que el Comandante está enfermo y que necesita ser intervenido de urgencia para volver al poder. Otra es la de que está incapacitado permanentemente o de plano ya se murió, y el régimen inventó toda la historia para ganar tiempo, incluso a lo mejor Fidel ya se encuentra momificado. Y otra más, la historia de que Castro mismo inventó todo para medir el impacto de la noticia, para checar los movimientos de sus adversarios y también para ver quién de sus colaboradores da un paso en falso y osa traicionar a la Revolución con las tentaciones del Imperio.


Lo único cierto es que algún día Fidel dejará de existir, tal vez incluso antes de morir. La única diferencia con el Ché es que muy probablemente él no se convertirá en un ícono comercial y su foto no venderá tantas gorras y playeras de la Bodeguita de En Medio, como las del héroe argentino. Fidel Castro, para su desgracia, quedará en un plano más cercano al de Pinochet o de Franco, sólo que del lado izquierdo. Hay millones que lo aman, sobre todo jóvenes adentro y fuera de la isla, quienes lo consideran a pesar de sus años, en el último contrincante que tienen los Estados Unidos y el Imperialismo globalizador. Hay otros que no lo bajan de dictador y tirano. Alguna vez dijo que la Historia era la que lo iba a juzgar, lo malo es que muy probablemente no habrá un veredicto final