Evangelina de vuelta a casa

Debo de admitirlo: me enamoré de ella y no puedo evitar el no volverla a mencionar, porque digan lo que digan, ella merecería no sólo inspirar otra Diana Cazadora, también debería ser diputada, senadora o presidenta.

Evangelina regresó a Gualeguaychú para encabezar otro gran carnaval en menos de dos meses; sólo que ahora, la fiesta y la alegría son en su honor. Una manera muy digna de celebrar un pequeño triunfo, con una batucada y un espontáneo recibimento, y por qué no, con unas vueltecitas y pàsos de baile para complacer la vista y los demás sentidos y con tal belleza, dejar de lado por unos instantes las sórdidas escenas de pobnreza, muerte y violencia a las que lamentablemente nos estamos acostumbrando.

Pero a pesar de que ahora es una celebridad, todavía no pierde el piso. Todavía cuando estaba en Viena, Evangelina rechazó participar en un famoso programa nocturno en Argentina, con el simple argumento de que hacerlo hubiera sido como desviarse del verdadero motivo de su lucha y del viaje que la llevó hasta Europa. Y para reafirmar su compromiso con su tierra y con la gente de su amada ciudad dejó muy claro que seguirá participando en protestas contra las papeleras y si no le alcanza el tiempo, ya le pidió a la chica que quiera ser su sucesora como reina del carnaval de Gualeguaychú, a continuar con el movimiento que ahora ella encabeza.

Evangelina, te amo porque a pesar de que has sido tú la que ha recibido los aplausos y a pesar de que eres argentina, reconoces con humildad que tú sólo eres una más en un movimiento en el que participan cientos de personas y que tu imponente paso ante más de 60 gobernantes sólo es un granito de arena para sacar a las papeleras que contaminan el río que pasa por tu ciudad y destruyen los bosques de tus vecinos uruguayos. Tú que le agregaste a las protestas el toque de carnaval y baile, y la verdad es que un poco de festividad podría abrirle los ojos a suecos y fineses y desistan en colocar sus plantas.