"Papito, ¿dónde estás cabrón?"
Con cuánto cariño puede uno hablarle a un amigo, alguien que a lo mejor es casi un hermano. Ciertamente debo de admitir, a nombre de los hombres de México y el resto del mundo, que muy frecuentemente somos unos auténticos trogoloditas gran parte de nuestras vidas. Con los compañeros , los hermanos los cuates, hasta con nuestros propios padres, a cada rato utilizamos apodos, palabrotas bastante agresivas, miles de alardes de machos y también numerosas humillaciones y sarcasmos sobre la hombría o la jotería de nuestros semejantes masculinos. Y vale la pena mencionarlo porque la más reciente conversación íntima entre dos hombres finalmente fue revelada. El Rey de la mezclilla nuevamente está en boca de todos, pero ahora se lleva entre las patas al gobernador Fidel Herrera y al flamante novel diputado del PRI Emilio Gamboa Patrón. De Kamel Nacif no hay mucho qué decir; todo mundo sabe de sobra lo finísimo que es, sobre todo cuando está al teléfono. El que sorprende a todos es don Emilio, quien para dirigirse a Kamel utiliza sus propias palabras como "papito", "mi rey", etc. Lo más grave del asunto, es que el entonces senador Gamboa, con tan sólo escuchar a Kamel, decide echar atrás una ley de Juegos y Sorteos que según la plática, ya estaba casi aprobada. Fidel Herrera se nota todavía más sumiso que Emilio, al grado de que el propio Kamel lo invita a una comidita y hasta le da chance de elegir el lugar; don Fidel, sin mucho pensarlo, elige el Suntory, uno de losrestaurantes de comida japonesa más caros del DeFe. Al final, el rey de la mezclilla se da el lujo de alardear de cómo los senadores se le ponen enfrente para ver si se mocha.
He aquí las palabras del Senador Emiliano
Hubiera sido bueno que las cosas quedaran ahí. Resulta que también nos enteramos de las loquísimas conversaciones entre Kamel Nacif y el tristemente célebre pederasta de Cancún, Jean Succar. Ambas finísimas personas primero comienzan a platicar de negocios e incluso de cómo van a mandar a volar a los condóminos de Sol y Mar de Cancún, con quienes al parecer tenía broncas por la administración. Después, parece que la señora Succar sale de la casa y es entonces cuando don Jean invita a Kamel a Cancún, para que conozca a una amiguita de Miami que a lo mejor se trae a otra de Tampa y quien sabe, a lo mejor cumplen las fantasías de ambos.
Esto es lo que platicaron don Kamelito y Jean Succar
Todos los involucrados, por supuesto, lo niegan. Emilio Gamboa y Fidel Herrera juran y perjuran que no rinden pleitesía al rey de la mezclilla, aunque el testimonio en audio revela otra cosa. Sobre el lenguaje agresivo, machista y nada refinado, ya lo dije arriba, debemos admitir que prácticamente todos los hombres con frecuencia utilizamos ese tono y por lo tantro no debe sorprender que tanto los cultivados legisladores como los incultos empresarioshablen así. Lo importante es el contenido de esas conversaciones: tráfico de influencias, negocios sucios y sexo aparentemente ilícito. a don Emiliano y Fidelito sólo les podemos recomendar que cuiden sus amistades porque es muy fácil quedar enlodado cuando se camina entre alimañas de pantano. Ciertamente hay qué ser tolerantes con los demás, pero cuando se trata de amistades, es mejor rodearse de los buenos, los inteligentes, los honestos y los sabios; si no se nos queda algo, por lo menos pareceremos como ellos. Y a don Kamelito y Jean Succar, pues la verdad ya no tienen remedio. Uno está bien embotellado y esperamos por el bien de la humanidad que pase el resto de sus días disfrutando de Cancún, pero a la sombra. al señor Nacif por lo menos debería ponerlo en cintura con sus negocios para que deje de explotar a los pobres obreros que a fuerza de explotación mantienen su reino pintado de índigo.
2 Comments:
La verdad es que lo menos importante es cómo se hablan esos personajes, porque utilizan un lenguaje tan coloquial como todos. El gran problema es que las niñas con quienes se acuestan, lo hacen por puro gusto, sociólógicamente, eso debe tener una explicación y no mera perversión o calentura prematura.
mmmhhhta!!! Me saliste más misógino que Kamel y Succar juntos, papá. Por otro lado, gracias por darme la razón, y que bueno que todavía existen mexicanos que no se espantan por su manera de hablar
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