Lo que el vocero quiso decir...
Estos últimos días en la gran nación llamada México, las cosas ciertamente han sufrido las consecuencias de los días fríos, previos al cambio de gobierno. A la epidemia de incontinencia verbal se suma quien en teoría debería corregir los errores lingüísticos de papá Vicente y su Gabinetito. Don Rubén Aguilar, el ex-guerrrillero convertido en vocero, se metió en camisa de once varas cuando pretendía deslindar a la saliente administración del aumento a la leche Liconsa. resulta que todos fueron culpables menos el gobierno federal y de todos, los más responsables, dijo, fueron los representantes sindicales y el gobierno del DeFe. Como se esperaba, todos los aludidos brincaron con las impopulares acusaciones: el Congreso del Trabajo, el Gobierno Capitalino, hasta la Secretaría de Agricultura se deslindaron de haber avalado el aumento a la leche Liconsa, aunque esta pequeña metida de pata nos enseñó nuevamente cómo se manejan algunasd de las decisiones que afectarán a todas y todos las y los mexicanas y mexicanos.
Y es que resulta que el precio de la "leche" Liconsa (la cual en realidad es una bebida con agua, extracto de coco, proteína de soya y toquecito de suero y leche en polvo) se decide en forma dizque democrática en un consejo formado por gobiernos, empresarios y sindicatos. Lo inaudito es que si el precio se fija de manera más o menos ordenada, nos encontremos de cuando en cuando a productores de leche (ésta sí, pura de vaca) protestando por las calles con camiones tanque llenos del producto y para denunciar su triste situación, regalen o de plano, rieguen de láctea blancura las calles, porque sale más barato tirar la leche al caño que tratar de venderla. Y de nueva cuenta papá Vicente parece decirnos mentiras, porque el campo ha quedado bastante más empobrecido de lo que ya estaba además de que ser agricultor o ganadero ahora son actividades poco redituables y en vías de extinción. Y como los lecheros, tenemos a productores de frutas, hortalizas, queso menonita y hasta de flores que no tienen más remedio que hacer la vendimia directamente con el consumidor, en los cruceros de las avenidas, afuera del metro, en los parques y hasta afuera de las iglesias y por supuesto, lecherías Liconsa.
Y seguramente lo que el señor vocero quiso decir es que al fin y al cabo, sólo le faltan cinco conferencias por ofrecer o lo que es lo mismo, ya se va. Pero don Rubén le deja la atenta recomendación a Felipillo de que no se olvide de tener un vocero constante y eficiente como lo ha sido él desde que se convirtió en portavoz. Y como la leche hay más ejemplos, como su estreno llamando al Peje "señor López", o su triste papel de pantalla reflejante de todo lo que Chente dice, como eso de que no hay focos rojos, de que todo lo malo que sucede en México son incidentes aislados y locales. Quizás felipe podría tomarle la palabra al Vocero Aguilar y contratar a verdaderos maestros de la lengua, la elocuencia y la dicción, como don Jorge Arvizu, el inolvidable Tata, Benito Bodoque o para las nuevas generaciones, el vocero de Chente Fax en el Privilegio de Mandar y el chiclamino Ramon lowrider de la película cars. Y lo que digo es verdad, nada de sarcasmo, con todo respeto, el maestro Arvizu sería mejor portavoz, aun y cuando es un obradorista de hueso colorado
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